Sé
que es amor. Sí, ya lo dije alguna vez, pero no lo sentí realmente, y creo que
es hoy justamente que puedo decirlo todo, sabiendo que proviene de lo más
profundo. Lo digo por la confianza que te tengo y el amor inevitable que emerge
sobre mí. Sé que te amo, porque lo sé. Porque realmente no tengo una razón por
la cual amarte, más que porque te amo y por eso te amo, porque sí. Me encanta
que sea así, que todo sea porque sí, porque el amor no tiene argumentos, ni
objeciones. Cuando los tenga, ya no va a existir ese amor. Porque el amor es
ciego e inexplicable, se siente y no se explica, se explica y no se siente.
Te
amo y te amo cada día más, cada día un poco más y con un poco más de
profundidad. Porque de un día para el otro pasaste a formar parte de mi vida de
una forma que jamás me habría imaginado, conocerte de la forma que te conocí, y
miranos ahora, no? Diciéndonos que nos vamos a amar para toda la vida...
diciéndonos siempre, cuando los grandes te advierten desde chico que el siempre
nunca es para siempre y que hasta el fin nunca es hasta el final. Diciéndonos
que juntos somos el amor y el amor de lo que formamos. Qué locura siento al
escribirte esto, porque es extraño sentir tantas cosas a la vez y no saber en
qué pensar primero. Ni en pocas palabras, ni en un manuscrito podría explicarte
lo que en tan poco tiempo siento por vos, ni cómo me siento con vos. Sólo
intentar demostrártelo de las mejores formas posibles.
No
hay nada más hermoso que pensarte, no hay nada más hermoso que pensar en la
perfección imperfecta de tu ser, ni hay amor más profundo que el tuyo y el mío
juntos. Porque llegaste en el mejor momento que podrías, en el momento que sólo
vos, podías lograr llenar mi corazón y terminar haciendo que termine así,
escribiéndote, pensándote, deseándote y sobre todo, amándote.
Infinitas son las gracias, amor.
Porque te vi, te deje
entrar, cerré la puerta y te elegí.
Porque esos dos
faroles pueden hacer, que si estoy fané,
las pequeñas cosas, se bañen del brillo de esa ternura
que transmitís cuando me mirás...